La pregonera de este año es la historiadora María Antonia Fernández, que no pudo hacerlo en 2020 debido a la pandemia.
Preside el acto la figura del Ecce Homo de Gregorio Fernández, perteneciente a la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz.
María Antonia se remonta a su infancia para evocar su primer acercamiento a la Semana Santa de Valladolid. "En estas fechas mis padres me enviaban sola en tren a pasar estos días en casa de los abuelos. Qué ilusión tan grande para mí".
También apunta al papel de la mujer en Semana Santa. "Hasta hace pocos años que pasaron a integrarse en las cofradías como penitentes de hábito y capuchón su papel era de poca relevancia".
El pregón traslada ahora a los asistentes al Valladolid del pasado. "En ocasiones fantaseaba con ir al siglo XVII para poder encontrarme con Gregorio Fernández y poder preguntarle muchas cosas: su relación profesional con Francisco Rincón o quién fue su discípulo más aventajado".
La historiadora remarca la fecha de 1620, cuando la ciudad tenía un "artista casi único". "Gregorio Fernández se encontraba en la plenitud de su arte y en la culminación de su carrera; muchas obras han salido de su mano".
María Antonia también remarca algunas obras del imaginero como Sed Tengo (Jesús Nazareno), Camino del Calvario (Vera Cruz) y el Descendimiento (Angustias).
Continuando con el repaso a la historia, María Antonia alude a la unión de las cofradías de las Angustias y la Piedad bajo el nombre de Nuestra Señora de la Soledad, Piedad y sus Angustias. Fusión que ocurrió en 1617 y que se alargó por algo más de una década. "Estaba ideada para durar perpetuamente para siempre jamás" señala.
De nuevo en la actualidad, la historiadora señala que la iconografía religiosa resulta ajena a una gran parte de la sociedad. "Los estudiantes, incluso los de Historia del Arte, se enfrentan a esculturas cuyo significado les resulta tan arcano como el de la compleja mitología clásica; un evidente empobrecimiento cultural".
"Es mucho lo que la Historia del Arte debe a la religión católica", asevera la pregonera. "El mecenazgo de la Iglesia, también de tantos creyentes laicos, han permitido la creación de un inmenso patrimonio artístico".
"Me parece absurdo contraponer el sentido devocional, el contenido religioso de una escultura, a su interés artístico. Cuanto más hermosa sea una obra de arte, tanto más llegará a la sensibilidad de quien la contempla".
"La Semana Santa tiene un profundo significado para los cofrades y para todos los creyentes mucho más", señala la historiadora.
Por último, Maria Antonia alude las palabras que pronunció en 1983 el Padre Palomares, también durante el pregón: "La Semana Santa es recuerdo y vivencia de quien con su muerte nos regaló la libertad, la vida auténtica. Pregonamos en voz alta el amor frente al egoísmo, la esperanza frente al pasotismo. Pregonamos un mundo nuevo, siempre haciéndose, en transformación, donde el hombre es pieza clave, por ser redimido por Jesús".
Con estas palabras ha terminado María Antonia Fernández el pregón de la Semana Santa de Valladolid de 2021. El texto se ha centrado en la visión más histórica y también ha centrado su atención en la figura de imagineros como Gregorio Fernández.